SIGLO XVI 

 

 

     Al final de la Calle La Virgen se levanta la ermita de la Limpia Concepción, hoy sólo conocida como San Blas, nave única de planta rectangular, presbiterio señalado por la baja plataforma sobre la que se alza, capilla de San Blas abierta al lado de la epístola y coro alto a los pies.

 

     Conforme a los estudios de D. José Sánchez Ferrer y D. Francisco Delgado Cuartero, las primeras noticias documentales de esta ermita proceden de finales del siglo XVI, la cual se menciona como Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción.

 

     En 1674 es contratado como santero para esta ermita a Joseph Hernández (vecino de Ayora).

     Las inscripciones del Catastro de la Ensenada de 1752 enumeran las posesiones de esta ermita y de la cofradía de la Inmaculada Concepción.

 

 

     De la ermita lo que mas relevancia tiene es la CAPILLA DE SAN BLAS, la cual se comunica con la nave por un amplio vano de medio punto; se penetra por una abovedada cubierta baja sobre planta rectangular, lo cual lleva a pensar o en una bóveda vaída o una cúpula oval formada por un gran número de elementos arquitectónicos de buen y expresivo trazado. Su techo está pintado.

 

     Sus pinturas hacen referencia a San Blas, titular de la capilla, desconociendose desde cuando se instauró el culto al santo obispo, protector contra las enfermedades de la garganta y sanador de las mismas. Las pinturas no representan al personaje como imagen de devoción, ni reproducen escena alguna de su vida y milagros, estando el mensaje basado en la alegoría de un cielo gozoso, así como frases que proclaman las virtudes del santo    

 

     Esta edificación servía de capilla del antiguo asilo de monjas que se encontraba adosado a ella y en su interior se conserva un coro realizado en madera.

      

     El día 3 de febrero se celebra la fiesta de San Blas, al cual se le ofrecen las típicas gargantas de cera hechas artesanalmente. Antiguamente, durante la procesión se realizaba una escenificación de moros y cristianos.